Rabo de nube

Una enorme felicidad inunda mi corazón, una de las personas a las que amo a cumplido un pedacito de sueño, ha alcanzado el rabo de una nube alta, en la que siempre a querido recostarse y descansar mirando el horizonte y plantando sueños llenos de vida. Miles de nuevas ideas nacen y la nube parece crecer sin parar, dejando en sus manos solo un cachito, bien aferrado, bien chiquitito.

La Escuela

Hoy tuve una tarde maravillosa, las casualidades de la vida me llevaron por senderos que no imaginé caminar esta mañana cuando me levante.

Caminaba tranquila con un fuerte dolor de cabeza cuando Inés apareció ante mi, ¡Que alegría! siempre es bueno verla, pero hoy llevaba cara de preocupación, lo que en verdad no debería asombrarme tanto pues su vida es complicada y llena de sacrificios; por suerte ella es una mujer fuerte. Nos saludamos y comenzamos a caminar.

Inés tiene una hija, una niña de 5 años que cuando ríe hace sonreír al sol. Pero esta niña no es igual a la mayor parte de la gente, ella tiene lo que muchos llamarían una discapacidad, es sorda. Para mi gusto esa no es una discapacidad real, es solo una persona que debe aprender un idioma distinto estando inmersa entre un tumulto de gente que no conoce tal lenguaje. Debido a esto último ella debe recibir una educación especial, que sea capaz de enseñarle tal lenguaje. En nuestro país tal servicio es caro... y en parte ese era el problema de mi prima, tenia como pagarlo pero la forma la complicaba, era un cheque que no podía cobrarse y tenia que pagar en efectivo...
Al llegar al colegio habló con la encargada, por suerte le dijeron que no había problema, que pagara otro día y se quedara tranquila.

La escuelita, con solo 10 alumnos reunidos en una sala, era una maravilla. Todos eran una gran familia que era capaz de acoger a cualquier persona que quisiera ingresar. El sacrificio y las ganas de los padres por darles lo mejor a sus hijos se reflejaba en cada rincón, y hoy de sobremanera. Quizá muchos no sepan que mañana se celebra el día del profesor, ellos no quisieron quedar fuera de la fiesta y organizaron una convivencia para las 2 tías que enseñan allí. Globos, regalos, dulces y una torta que termino en el suelo fueron algunas de las cosas que había, pero lo que abundaba era el cariño, el respeto, la preocupación y la entrega do todos. El solo hecho de estar allí reafirmo mis ganas de ser profesora, de enseñar y entregar lo mejor por las personas que lo merecen.

Fue un día maravilloso, todo gracias a un encuentro que no planee.

Cada mañana el cuerpo sudoroso, la cabeza pesada, los ojos desorbitados, los oídos a punto de estallar...

¿me preguntas cómo me siento?

...

Me pregunto si soy una mala persona...
¿Qué debería hacer?
de seguro dormir es una buena opción por hoy.