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El ser tan realista a veces me resulta doloroso, me gustaría no pensar en ello...

Diario de un viajero. (parte1)

Una vez más el viaje comienza.

- día 1: Cada mañana veo pasar la misma película por mi ventana. Descuidadamente me quedo dormida... Despierto y ya estoy a puertas de la capital, solo cabe esperar un par de minutos para llegar a destino.

- día 2: De pronto siento que el detalle se ha perdido, el sueño se lo ha robado, la distracción, el pensamiento, el creer que todos los días son iguales. Hoy no he dormido. El paisaje se muestra simplemente hermoso.

- día 3: No se si son los colores o mi estado de animo. Un par de nubes blancas flotan en el cielo intenso, el rió fluye y el camino sigue. De repente un espantapájaros aparece en medio de un pequeño sembradio. La imagen es inolvidable. Hoy será un día bueno...

- día 4: Me gustaría abrir mis alas y salir volando por la ventana que esta a mi lado, pero siento que me faltan fuerzas, un poco más de animo. me siento pequeña y un tanto frágil. Demasiada sangre corre por mis venas, mi cuerpo se vuelve demasiado real y comienza a estorbas, a pesar.

- día 5: Aunque haya despertado el sueño sigue presente. Me pregunto quien se mueve, si el mundo o yo... quizá los dos, quizá ninguno.

- día 6: Sentada junto a la ventana esperando por no sé que. La música es mi fiel compañera. Una brisa roza mi rostro como una caricia, recuerdos llegan a mi mente. Sigo esperando, a veces melancólica, otras impaciente, un tanto inquieta, quizá alegre. El sentimiento y la música bailan a un mismo compás. Algo importante falta, a veces desespero, caigo, rompo en llanto...

El viaje casi termina, aun aguardo su llegada.

-día 7: El murmullo crece y crece, al punto de volverse insoportable. Todos hablando a una vez. Voy sola, callada, tranquila. Escucho mucho y entiendo nada. Cuando voy acompañada soy una más de ellos, de los que hablan, y quizá alguien me escuche a mi, a los demás y piense: que ruidosos!

Me gusta mi paz.

Divagando en los brazos de morfeo.

La noche llega y los párpados comienzan a pesar. Morfeo se acerca y me retiene en un fuerte abrazo. Comienzo a divagar y termino sentada frente al computador escribiendo cosas que no se si quiero escribir.

Un poco de frío, un poco de tu olor, un poco de recuerdos. te veo parado bajo la lluvia, dejando que las suaves gotas rocen tu rostro, música de fondo, una mirada, una caricia tierna, un beso.

No suelo escribir sobre personas, ni sobre los recuerdos que ellos evocan, esos asuntos los guardo para mi; pero el sentir este olor impregnado en la bufanda sobre mi cuello no me deja opción. Mi mente recuerda y disfruta con esto, por que negárselo? por qué negarse a aquellas cosas que nos hacen sentir bien, que le dan sabor, color y calor a nuestra vida? muchas veces, debo admitir, he cometido tal error, no estoy segura de arrepentirme mas he tomado la decisión de no volver a hacerlo. Es un groso desperdicio no disfrutar de los momentos siempre gratos que te entrega la vida, ya sea por miedo, vergüenza o quien sabe qué.
Espero la vida lo permita y la mente no lo olvide, y si esto sucede que no se guarde palabra el corazón.

Pan con miel.

Pan con miel..... dulce nombre que aun ronda por mi cabeza....

Cálido como una caricia.

Miro hacia la ventana y noto que en mesón junto a ella no hay sillas. El suelo blanco se abre paso y me permite observarlo. Es un espacio vacío, de colores claros que se unen con el contraste de los esquineros, el mesón café y el marco negro de la ventana; por ella se cuela un rayo de sol y a un mismo tiempo me muestra como en un cuadro el verde, café, amarillo y gris de aquel mundo que se dibuja fuera de la habitación. El día es frió, pero la imagen me parece tan armónica y cálida que llego al extremo de compararla con la tibieza de una caricia.
Me pregunto si alguien más habra notado su belleza.