Alegre viaje

Se sentó junto a la ventana y sonrió todo el camino, como no hacerlo si los arboles que adornaban la vera del camino la saludaban cortésmente y la invitaban a seguir adelante. Ella también les respondía con una mirada y a veces con una leve inclinación de su cabeza, pensaba que a aquellos señores tan altos que jugueteaban con el viento les gustaba ver a la gente pasar, que les alegraban las risas pero que raramente las personas se percataban de que ellos estaban ahí y se preguntaba si eso los entristecía, si era ese el motivo por el cuan algunos arboles bajaban tristemente sus ramas y se dejaban mecer con apariencia taciturna dejando que sus hojas se volvieran más oscuras. Ella también comenzaba a sentirse triste... pero sorpresa! había más arboles verdes y erguidos! algunos de colores vivos que parecían reír y otros más regordetes que similaban esponjosas nubes de hojas. El día era soleado y el paisaje alegre, como no sonreír?

Después de una hora noto que el camino ya terminaba y que los edificios empezaban a levantarse en la lejanía. Entonces miro por última vez por la ventana y se despidió de todos. Sería hasta un nuevo día.