Cuando eramos niños mi tío Segundo nos ofrecía $100 por limpiar el bus que manejaba. Subir a aquella gran maquina, inmensa para nuestras manos, siempre era una aventura.
... y luego de recoger papeles y barrer: ¡La mejor recompensa!
restos de talonarios de pasajes, donde podíamos dibujar nuestras animaciones y hechar a volar nuestra imaginación.
(22/11/10)
11/1/11
La recompensa
Publicado por Baron en 0:13
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario