2/7/12

Diario de un viajero (Parte V)

Día 1: cansada, falta de energía, aburrida y triste... para mejorar las cosas este asiento no se reclina.
Día 2: Me pregunto por qué la gente sigue pensando que vivo lejos, ¿No notarán, acaso, que ellos viven a la misma distancia?
Día 3: Pienso en nuestras vidas, vidas de eternos pasajeros. Cuerpos, caras y manos que van y vienen. Pienso en el familiar ruido de los motores, en que la estación es nuestro segundo hogar, o, mejor aún, es el ante jardín a nuestras casas. Pienso en las filas, en los horarios, en la limitación de nuestras vidas. (Pienso en tantas cosas que no sé cómo expresarlas en el papel, y mientras más trato de escribirla más ideas llegan y de a poco me olvido de todo, me consumo en el paisaje y pienso en algo más, algo que no escribiré).
Día 4: No se a qué se deberá, pero de un tiempo a esta parte la única forma que tengo para despertar es comiendo, hasta he tenido el horror de comprobar, estando ya lejos (nuevamente) de casa, que las alarmas del celular no sirven. 
Día 5: Es temprano y mucha gente viaja a la capital. Melipilla es, sin duda alguna, una ciudad dormitorio. Muchos autos toman la autopista y sólo dos cajas de peaje funcionan para el público en general. Como en un convenio sin tratos los autos pequeños pagan en la plaza de peaje izquierda mientras los buses pasan a la derecha. Afortunados aquellos que tienen tarjeta de peaje, pues en su caja nunca hay filas. 
Día 6: Se filtra el aire frío... la ventana se abre y cierra veloz al movimiento de las manos. Ha quedado hermética. Por un segundo: aire fresco versus calefacción. Recorremos un par de cuadras y solo pienso en que quiero volver a respirar. (Horrible calefacción máxima)
Día 7: camino rápido, camino rápido, camino rápido... para llegar al trabajo no necesito más que mis pies (y que, de preferencia, el chofer me deje bajar antes de subir al terminal, si no debo correr). 

1 comentarios:

Baron dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJA Me suena se algo... 10 años no es poco :D
Pero hay algo de magia en todo esto... Esa que veo a traves de mi vidrio y que me permite un poco de tranquilidad... Hay magia creeme... Cuando vi el resplandor de la mañana en mis ojos lo creí con más fuerza... Y cuando veo a traves de arboles oscuros pegada a mi ventana, en ese infinito que es el afuera... Creo que es inmenso y me permite darme cuenta que la vida es más que estar arriba de un bus por 10 años... me doi cuenta que a pesar del sueño, el maldito bus me ha dado libros completos de lectura, amores, reencuentros, arboles, verdes, aire, calor y frios justos, amabilidad, e incluso me ha dado velocidad dentro de mi soundtrack propio... El maldito viaje muchas veces me ha dado tiempo y algo de soledad cuando quiero llorar, y me ha dado calor y otros brazos a mi lado cuando he necesitado en el frio... Pero sobretodo me ha dado horas de lo que más necesito en el mundo introspección y pensamiento... Aunque ya sólo eso baste para llevarme a otra parte...

 
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